Escrito por Jay McAdams

Traducido por Jesús Castaños Chima

Iniciamos el Teatro 24 a finales del siglo XX con mucho optimismo, pero sin muchos recursos. No teníamos dinero, ni pensión, ni idea de una organización sin fines de lucro. Así empezaban la mayoría de los teatros en aquel entonces. Lo que sí teníamos era un grupo de artistas entusiastas y el decano de la Escuela de Teatro de la USC que estaba igualmente ansioso por tener un teatro profesional en el vecindario de esta universidad. El decano Bob Scales nos ayudó a conseguir una antigua cochera muy interesante cerca del centro de Los Ángeles, en la calle 24 & Hoover. Nos ayudó a obtener una subvención de la USC para comprar un panel de luz y otros equipos básicos. Bob incluso contrató a nuestros cofundadores, Jon White-Spunner y Stephanie Shroyer, de la Escuela de Teatro, quienes nos ayudaron a poner comida en la mesa mientras comenzábamos con el teatro. Cuando Jon y Steph nos invitaron a Deb y a mí a unirnos a ellos en esta salvaje aventura, dijimos que sí. Juntos fundamos lo que permanecería por décadas como uno de los mejores teatros de Los Ángeles y que luego se convertiría en una de las principales organizaciones de educación artística de la ciudad.

Pero lo que aún no teníamos era un gran líder en la junta directiva. Entonces le pedimos a una buena amiga y colega de Deb, Joanne Saliba Blight, que fuera nuestra presidenta de la junta fundadora. Joanne era respetada, había dirigido la Escuela Poseidón sin fines de lucro durante muchos años y sabía cómo funcionaban estas organizaciones. Ella tenía las influencias que necesitábamos para que las cosas se movieran. A diferencia de la mayoría de nosotros, Joanne era la única que había formado parte de juntas directivas de organizaciones sin fines de lucro antes. Ella era auténtica y sabía muy bien su trabajo.

 Nuestro presupuesto era pequeño al principio y los miembros de nuestra junta directiva no cenaban en las reuniones, como ocurre hoy. Pero Joanne no sería nuestra primera presidenta por nuestro prestigio, ya que todavía no teníamos ninguno. Ella fue nuestra primera presidenta de la Junta porque confiaba en Deb y en mí y conocía la importancia del arte para los niños; era educadora y sabía, por los años que trabajó con Deb en la escuela Poseidón, que era una educadora excelente. Presidía las reuniones de la junta directiva en el vestíbulo del Teatro 24 y en una iglesia cercana cuando teníamos ensayos en nuestro espacio. Joanne nos asesoró sobre las mejores prácticas y nos enseñó cómo llevar a cabo una reunión de la junta directiva; nos ayudó a cómo empezar dándonos una clase para enseñarnos lo que teníamos que hacer para levantar una organización artística respetable. Ella conocía bien el ejercicio de las organizaciones sin fines de lucro.

Joanne involucró a sus hermanas como donantes del teatro y nos ayudó a reclutar a otros miembros de su talla para la junta directiva. Después de unos años, cuando expiró su mandato en la junta, ella y su esposo Reyn se unieron a nuestro Círculo de Productores donantes. Joanne siempre nos apoyó, siempre. Más tarde, ella serviría a la ciudad en uno de los programas de mediación de Los Ángeles, también como presidenta de un Gran Jurado y como Comisionada del Condado para el Supervisor Solís. Sabían que ella conocía bien su trabajo.

Joanne Saliba Blight falleció de manera inesperada recientemente, lo que nos tomó a todos con la guardia baja. Era una mujer muy exitosa y el Teatro 24 fue solo una de las muchas organizaciones que ayudó a construir. Sin Joanne como nuestra muy sólida presidenta de la junta fundadora, el Teatro 24 ciertamente no habría podido salir a la luz como lo hicimos nosotros. Le debemos mucho al decano Scales y a Joanne, ya que fueron dos de los héroes cruciales sin los cuales hoy nuestra organización no existiría. Son responsables de que cientos de miles de estudiantes conocieran el teatro de una manera que nunca olvidarán. Joanne y Bob son responsables del gran arte que Stephanie pudo crear para lanzarnos con éxito en los años 90 y que Deb ha mantenido durante 23 años. Joanne fue responsable de ayudarnos a Jon y a mí a aumentar nuestro presupuesto en esos primeros años. Bob también falleció hace unos años y todavía lo extrañamos a diario. Todavía no estamos acostumbrados a la idea de que Joanne también nos haya dejado, pero estamos seguros de que tenerla como presidenta de nuestra junta fundadora ayudó a ponernos en el mapa. Al igual que Bob, Joanne desempeñó un papel protagónico en el Teatro 24 y vaya que lo interpretó muy bien.

¡Bravo Jo! Todos te extrañaremos mucho.

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