Este fin de semana es el cierre de nuestro estreno en Estados Unidos de Pascal & Julien. Estamos muy orgullosos de esta obra. Estamos orgullosos del sofisticado material de Daniel Keene y de la producción que hemos creado. Hemos estado trabajando en ello durante muchos meses, con muchos artistas y personal fantásticos. Con 3 actores seleccionados entre 500, más de 1700 imágenes animadas, horas y horas de ensayos y por supuesto muchas noches de insomnio, dudas y preocupaciones sobre si, al final, se convertiría en el arte maravilloso por el que tanto luchamos. Fue entonces que nuestros diseñadores hicieron su magia y nuestra directora dirigió también mágicamente. Luego vino la parte emocionante; pre estreno, estreno, público, aplausos, críticas… y felizmente, Pascal & Julien obtuvo críticas EXCELENTES. Luego la rutina de una temporada, que tiene también su parte satisfactoria en el proceso.

Los cierres son agridulces en el teatro. Las relaciones de amistad se forjan rápidamente en los ensayos y por eso las personas dentro y alrededor de la obra se sienten como en familia. Y saber que es posible que nunca vuelvas a ver a estas personas a menudo, te deja un nudo en la garganta. Además de la pérdida personal de poder trabajar todos los días con el elenco y el equipo de la obra, también está la despedida del trabajo en sí.  Un obra se construye con mil momentos, muchos de ellos muy peliagudos. Los momentos que llevaste a la perfección o que viste crear a otra persona, se convierten en parte del pasado.  Las partes en las que te has estado concentrando durante meses se reproducen por última vez. La forma en que ves y sientes la obra adquiere un valor más sentimental para ti.

Esa es la parte amarga.  La parte dulce son los fuegos artificiales que pueden ocurrir durante las presentaciones finales de una temporada. A menudo las mejores actuaciones de los actores se producen el fin de semana de cierre. Porque ahora conocen su parte al derecho y al revés, tanto logística como emocionalmente. Ahora están listos para soltarse. Para darlo todo. Especialmente cuando saben que es su última oportunidad de lograrlo ante la audiencia.  Se dice que la gran actriz Ethel Barrymore dijo: “Los críticos nunca me han visto actuar porque sólo vienen la noche del estreno”.

Pero lo más importante es que el cierre de una obra es lo que hace que el teatro sea tan etéreo. No puedes aferrarte a una obra de teatro, como tampoco puedes aferrarte a una nube. El teatro en vivo pretende ser precisamente eso; VIVO. Es realmente en el momento. Y no puedes ver esa obra interpretada en vivo a tu conveniencia, en tu teléfono. El teatro es uno de los últimos bastiones de la actuación en vivo. Una de las últimas formas de arte donde ese arte, sólo se hace en vivo frente a ti. A diferencia de una película, una obra de teatro debes verla en tiempo real. Como bien decía Lin-Manuel Miranda, el teatro… es la sala donde sucede. Sucederá solo 3 veces más en nuestra sala este fin de semana, antes de hacer su reverencia final.

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